Peca Tapa roza la perfección

Jugar bajo la lluvia y la nieve debería haber favorecido a un equipo cuyo apellido es "Aqua". Algo así como si el partido se hubiera jugado en una tasca a base de cervezas y tapas, y Peca Tapa se hubiera sentido como en casa. Pero la verdad es que fue PJV Aqua quien se ahogó desde el inicio. Una nueva lección de orden y criterio defensivo fue la clave para que Peca Tapa acabara por aburrir a PJV. Peca Tapa cedió la pelota desde el principio para que su rival la manoseara, la hiciera circular y tratara de llevar las riendas del juego. Pero se enredaron una y otra vez en la madeja defensiva de Peca Tapa. A lo largo del partido, la posesión del balón debió rondar una cifra obscena: 98% PJV por 2 % Peca Tapa. Pero nunca tanto tiempo con la pelota fue tan estéril y nunca tan poco tiempo fue tan productivo. De hecho el primer gol, mediada la primera parte se gestó en una presión bien ejecutada en la que Carlos, que últimamente huele que apesta a gol, robó la pelota y marcó en tan solo dos toques. Un prodigio de eficiencia. La parte final del primer tiempo fue el único momento en que PJV llegó a inquietar la portería de Alfonso, que salvó muy dignamente el contado peligro que recibió. De hecho, la jugada más peligrosa de PJV fue más propia de un pin-ball o de un billar que de un partido de fútbol. Rechaces y carambolas en el área que nadie acertó a rematar ni a despejar, y que se consumieron en algún patadón más contundente que el resto.

La segunda parte fue otro discurso de igual estructura. La pelota, para PJV, como si fuera suya, como si jugaran solos. Pero llevaban tan poco peligro como si los Teletubbies asediaran a los Geos. Era Peca Tapa quien hacía estragos. Dejarse encerrar, hacer que el enemigo los rodee, y después, robo de balón, pase largo y casi gol.
En medio de la lluvia que se intensificaba y que acabó convirtiéndose en nieve, Zapatinho robó un balón en defensa y cabalgó en zigzag hasta la portería contraria, para culminar de gran disparo el 2-0.
Y poco después, contraataque de libro, de los que deberían enseñar en las escuelas de hacer contraataques, si es que existen. Tres pases rápidos, apertura a la banda derecha y Carlos estampa en balón en la red: 3-0. En ese momento no era la nieve la que enfriaba a PJV, sino la certeza de haber infravalorado a un rival que cada vez se está haciendo más correoso, más incómodo y sobre todo, que lee los partidos con mucha inteligencia. Peca Tapa ha sabido conocer sus defectos y limitaciones y explotar sus virtudes.

Una jugada aislada en la que faltó entendimiento en defensa le dio a PJV la ocasión de maquillar el resultado. Por segunda vez en cuatro partidos Miguel S. acabó antes de tiempo debido a la rotura fibrilar en el aductor derecho. En declaraciones exlusivas ha comentado que "me cago en la puta" dejando clara su postura ante las lesiones. Afirmaba también que "buscaré plaza en algún torneo de julepe o cinquillo con dos barajas en cualquier geriátrico" aludiendo al poco riesgo físico que esta apasionante actividad podría entrañar.

Peca Tapa vuelva a la 5ª plaza y se consolida en mitad de la tabla, atreviéndose más a mirar hacia arriba que hacia abajo.